La circuncisión o Emorata es
uno de los eventos más importantes en la vida del pueblo Maasai. El corte de la
carne convierte a un muchacho en hombre, una muchacha en mujer. Esto se hace
cuando ambos sexos están entre las edades de trece y dieciocho años.
La preparación empieza
aproximadamente dos meses antes de la ceremonia. Son necesarios una serie de
artículos para su celebracion: plumas de avestruz, miel y cera y un toro
especial para el día de la ceremonia. La miel se emplea para la preparación de
la cerveza que beberán todas las personas que asistan a la ceremonia. La miel,
mezclada con agua y unas raíces especiales se guarda en una calabaza, en un
lugar caliente, normalmente junto al fuego, durante dos semanas hasta que
fermenta. Entonces se filtra y es dividido en varias calabazas. Las plumas del
avestruz se usan para decorar, a modo de corona, a los jóvenes circuncidados y
la cera se aplica a las puntas de flechas para que no dañen a las muchachas.
El ritual en una circuncisión
de los muchachos empieza en la víspera del día importante. Su madre afeita su
cabeza y le da un nuevo vestido. Él se afeita el cuerpo y lo limpie
cuidadosamente, entonces se pone un par de sandalias de cuero. No debe retener
ninguna posesión como recordatorio de su juventud. El muchacho sale en busca de
un arbolillo llamado alatim para
plantarlo al lado de su casa en el día de la ceremonia. Es un símbolo de su
nueva masculinidad. El muchacho busca a la persona que le va a circuncidar y
ésta toma los cuchillos que se usarán en el ritual, los afila, y los guarda en
un lugar seguro hasta el día de la celebración. Normalmente, se suele pagar al
circuncidador con una cabra por cada circuncisión realizada.
Además elegirá a uno o dos familiares
varones ya circuncidados que le ayudarán a pasar la operación sujetándolo por
detrás. Si el muchacho ha tenido relaciones previamente con una mujer
circuncidada se cree que los cuchillos quedarán malditos.
El día de la
celebración, el grupo de jóvenes que van a ser circuncidados, sale muy temprano
para proceder a los ritos de purificación. Ven hasta el arroyo más cercano
donde hacen la limpieza de la suciedad de la juventud incircuncisa ,laiyok, antes de que ellos puedan renacer como
hombres. A veces son ayudados por un pariente íntimo, quien les lava de la
cabeza al dedo gordo del pie con agua fría. El agua usada en esta limpieza se
guarda en un recipiente por la noche junto con un hacha. Este agua se
llama engare endolu(agua del
hacha), y simboliza el lavado de todas las transgresiones hechas por el
muchacho durante su niñez.
La operación es muy dolorosa pero se
espera que el muchacho permanecerá callado y se mostrará valiente, aunque sus
padres se retuercen y gritan simulando su agonía; para preparase, los muchachos
suelen practicar con los compañeros que serán circuncidados el mismo día,
pellizcándose fuertemente hasta que aguantar sin pestañear. Se supone que un
joven o una joven que resiste firmemente la prueba será un hombre o mujer
preparados para soportar los desafíos de la vida.
.
Después de la ceremonia, se considera
que ya es un adulto y tomará una primera bebida compuesta por sangre de una
ternera mezclada con leche agria. A partir de entonces no agachará su cuerpo
para que las personas mayores le toquen la cabeza como saludo. Durante varios
meses el grupo circuncidado permanecerá en aislamiento para recuperarse.
Dejarán crecer su pelo y al acabar su aislamiento se aplican pintura blanca en
la cara. Durante este periodo de aislamiento, los muchachos llevan pieles de animales
teñidas de negro con carbón de leña y aceite. Se dedican a cazar pájaros cuyas
plumas usarán para decorar su tocado. Si un muchacho permaneció valientemente
en silencio durante la operación puede usar plumas de colores, pero si lloró o
gritó entonces sólo podrá llevar plumas grises.
No hay comentarios:
Publicar un comentario